viernes, 3 de junio de 2011

Las Aventuras de la Sala Araña (Cap.1)

DESCUBRIMIENTO DE LA SALA


Era un día soleado de 2004.
Cinco jóvenes estaban en su nueva casa.
Se llamaban así:
Juan R.: 13 años. Extrovertido y simpático. Los ojos azules y el pelo moreno.
Javier: 10 años. Extrovertido, travieso. Ojos marrones y pelo rubio oscuro y rizado.
Julio: 12 años. Algo menos extrovertido que los dos anteriores, actitud de líder. Pelo negro y ojos marrones.
María: 12 años. Casi igual que Julio. Pelo moreno y ojos marrones.
Carmen: 7 años. Alegre, simpática y extrovertida. Ojos marrones y pelo moreno.
Eran cinco hermanos. Juan R. fue el primero de un matrimonio. Julio y María (mellizos) fueron los 2º y 3º de aquel matrimonio. El padre murió y la madre lo superó con otro. Tuvo a Javier primero y después a Carmen. Hacía poco habían muerto los padres en un accidente de tráfico. Ellos también estaban en el coche, pero se fueron para huir de los orfanatos.
Se habían ido a Australia un mes antes, pero hasta aquel día no le habían dejado alguna casa abandonada por el lugar.
Entonces aquel día se habían instalado allí.
-¡Menos mal que encontramos casa!-dijo Julio.
-Sí, pero, ¿cómo pagaremos agua, luz y gas?-dijo Juan R., nada seguro con la propuesta.
-Mira:
Agua: Hay un río muy limpio cerca
Gas: ¿A nadie le importará una duchita fresquita, no?
Luz: Podemos hacer antorchas.
Y por el frío no os preocupéis. Hay chimenea-dijo Julio, triunfante.
-¡¡¡¡BIEN!!!!-dijeron todos-¡vamos a celebrarlo!-y cogieron las provisiones que tenían.
Estuvieron celebrándolo durante toda la noche.

1er día:
Julio se levantó.
Eran las 6:30 de la mañana, y Julio iba a dar una sorpresa a los demás preparándoles el desayuno. Cuando tropezó con el felpudo.
Se dió de bruces contra la entrada de madera de aquella cabaña del bosque, y el felpudo se deslizó.
Julio encontró un llavero, pero solo había un adornito del bosque y dos llaves.
Lo primero que pensó Julio fue que una era la de la casa, pero... ¿y la otra llave?
Llamó a los demás. María y Julio estaban expectantes ante esa extraña segunda llave. Tenía forma de telaraña. Javier, Juan R. y Carmen desayunaban también apresurados. Julio y María no desayunaron aquel día.

Corrieron después a cualquier lugar del sitio y buscaron cerradura. No encontraban nada.
Aunque parecía que no había nada, Javier encontró algo...
-OÍD!! ¡Aquí hay algo brillante!-exclamó.
Todos corrieron, Julio quitó las hierbas que lo tapaban y encontró la cerradura.
-¡Voy a ver si abre!-dijo María.
María acercó la llave a la cerradura, y en el momento en que la metió un resplandor inundó el paisaje, y María giró la llave. Entraron...

Había un gran tobogán. Julio fue a inspeccionarlo, pero un torbellino abajo del todo lo atrapó, y cayó por el tobogán.
Los demás escucharon atentamente.
Se escuchaba: <<Entrando en la sala....>> Julio gritaba cada vez más flojo.
Los otros se quedaron un momento pensativos, y empezaron a tirarse.
María fue la primera.
Vió una figurita pequeña abajo del todo, y vio una cosa impresionante... ERA JULIO. ¿Qué le había pasado?
Ella fue viéndole más grande, más grande y supo lo que pasaba: ella encogía también.
Se encontraron.
Los dos decían a los demás que no se tiraran, pero los otros no les oían, y se tiraron también.
Cuando quisieron no tirarse era demasiado tarde. Ya se iban convirtiendo en pequeños.
-¿¡QUÉ NOS HA PASADO!?-gritó Juan R.
La 'cueva' tembló.
-Shh! No gritéis, se nos puede venir la cueva encima-dijo Julio.
Entraron en una sala abierta. La sala se volvió completamente oscura. No se veía nada.
Despertaron....
D.S.G.

No hay comentarios:

Publicar un comentario