viernes, 1 de abril de 2011

La esperanza ha cerrado por defunción (1ª parte)

 -Un nuevo día-dijo optimista.
El día se desperezaba. Estaba despejado aquel caluroso día de verano, en Zaragoza.
Ella despertó. Era una niña de 10 años, llamada Amanda, de pelo castaño y liso y ojos verdes y encandilados por un brillo especial. Era negra.
Era muy optimista ese día: Quería empezar su nueva vida en España.
No quería recordar su pasado, aunque siempre lo hacía:
Nació en Haití, el 31 de Mayo de 1983. Era de familia pobre. Muy imaginativa siempre.
Al destrozarse su casa hace 1 mes, su padre encontró, gracias a Dios, un buen trabajo.
Llegaron a Zaragoza ayer, como prometió su padre.
Iba a su primer día de escuela. Ella tenía que llegar a 2ª hora porque sus padres tenían que acordar la matrícula y ya está. Sería una alumna más, aunque tendría que aprender un poco el idioma. Sabía "Hola, me llamo Amanda", y "¿qué tal estás" y no mucho más.
-Vamos Amanda, si son las 8 de la mañana, despiértate un poco más tarde-dijo su madre.
-Sí. Sino, ¿cómo vas a empezar bien, si estás cansada?-le dijo el padre.
-No podía esperar-se excusó Amanda.
-Vale-dijo la madre con un suspiro-empezaré a prepararte las cosas-.
El padre se quedó leyendo el periódico y Amanda cogió su MP3 (que se lo había comprado en una parada del viaje por un fallo técnico sin importancia), y se puso a escuchar su grupo favorito: Nirvana.
Mientras escuchaba una canción empezó a preparar la mochila para el momento: La primera vez que salía al colegio.
Llegaron las 9, Amanda ya había desayunado, se vistió y se fue con sus padres a las 9:30 para terminar con la matrícula y empezar su primer día en el colegio.
Salió...

La lluvia caía sin cesar en Zaragoza, pero a ella no le importaba. Se sentía rejuvenecida, como si tuviera nada más que unos meses de vida. Estaba ilusionada con cada cosa que veía. Sus padres no eran menos.
Llegaron al colegio.
-CEIP Sr. José Cofrade-leyó con algo de dificultad.
-Aquí estarás-dijeron los padres.
-¡Qué ganas de encontrarme con mis compañeros!-chilló sin querer.
Arreglaron todo y se marchó a su clase, llena de emoción, abrió la puerta.

4º B, segunda hora.
Ella acababa de entrar, llamando a la puerta, y su maestra la encontró algo avergonzada a entrar, ya que no entendía a sus compañeros.
-¡Hola!-dijo la maestra-chicos-decía mientras hacía entrar a Amanda-esta es Amanda-.
Los alumnos/as no respondieron.
-...Se va a quedar aquí y tenemos que tratarla con respeto-no era muy experta en presentaciones-no puede entenderos porque es de Haití-.
-¡¡Seguro que es la de la casa que se derrumbó con el presidente debajo de los escombros y empezó la guerra de Haití!!-dijo un chico, burlón.
Ella no entendía, así que se sentó al lado de otra niña.
Era de ojos marrones, y el pelo rubio que le caía hasta los hombros. Estaba apartada de todos los niños de la clase. Era muy tímida.
-¿Cómo...te...llamas?-dijo con dificultad Amanda.
-Me llamo Shan-Yu-respondió ella-soy de Japón. Yo también vine cuando mi casa se derrumbó-.
-¿Ah, s...si?-dijo Amanda, que aprendía poco a poco el lenguaje-se...seguro q...que seremos bue...buenas ami...gas-siguió con dificultad.
-Jeje-rió Shan-Yu-¡ya te enseñaré a hablar bien!-.
-Ssh...-cortó la profesora-Amanda, me puedes llamar maestra o también Mª José, ¿vale?-.
-Muy bien-susurró Shan-Yu.
-Muy bien-repitió perfectamente Amanda.
-Vale. Te vamos a asignar a alguien para que te enseñe el idioma-dijo entonces la profesora-¿quién se ofrece voluntario?-nadie levantó la mano. Excepto Shan-Yu.
-Vale, Shan-Yu, tú le enseñarás el idioma-.
-¿¡Cuál?!, ¿el japonés?-dijo el gracioso de la clase. Todos le rieron la gracia mientras le insultaban.
Llegaron las 12. Empezaba su primer recreo, al lado, como no, de su primera amiga: Shan-Yu.
Con ella había aprendido casi todo el español básico en solo 1 hora y media. Casi ni atendía a las clases; solo aprendía español con Shan-Yu.
-Hola-dijo Shan-Yu.
-¡Hola!, ¿qué tal?-dijo Amanda.
-¡Bien desde que te conocí!-dijo entonces Shan-Yu.
Shan-Yu y ella se fundieron en un abrazo.
-¡Menos mal que hay alguien que me entiende!-dijo Shan-Yu-¿escuchamos música?-dijo.
-¡Vale!-dijo Amanda, cogiendo uno de los auriculares que colgaba del MP3 de su amiga.
-A ver..., ¡esta!, ¡Smeels Like Teen Spirit, mi canción favorita!-dijo Shan-Yu, triunfante.
-¡¡La mía también!!-dijo Amanda ya con menos dificultad.
-Creo que seremos las mejores amigas...-dijo Shan-Yu.
Corrieron hacia la puerta, terminaba el recreo.

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