Él estaba sentado. Intranquilo. Iba a tener una cita con ella, la más guapa del instituto, pero que era rechazada por sacar buenas notas.
Al fin.
Le gustaba tanto física como personalmente. Habían sido amigos desde hace mucho tiempo...
Por fin le podría decir que la quería.
Más que al oxígeno, más que a la vida, más que a todo.
Llegó.
Tenía el pelo suelto, una melena morena y brillante, unos ojos profundos, abiertos de par en par y azules, como el cielo despejado de una gran tarde de verano, como era aquella. La nariz respingona, le sentaba muy bien.
Iba natural. Nunca confió en maquillajes, pero era hermosa así.
-¡Hola!-dijo ella-siento haberte hecho esperar...-
-No pasa na...nada-dijo cortado el chico.
-Pero, ¿no íbamos a hacer los deberes juntos? ¿por qué no tienes ningún libro?-preguntó ella extrañada.
-Es que... quería hablarte.... de nosotros-decía-quiero que...-no le salía nada de la boca, estaba en blanco.
¿Qué le pasaba?
-¡¿Quieres qué?!-dijo ella, impaciente y a la vez algo enfadada.
-Uff, no sé decir esto con palabras....-susurró-bueno...-
-¡Eh!-dijo ella cuando se abalanzó, creyendo que sería otra cosa, pero fue lo que él quería.
Se fundieron en un abrazo y un gran beso.
El beso duró un tiempo. Ella no sabía por qué, pero quería que fuese eterno. Al igual que él.
-¿Lo entiendes?-dijo.
-¡Sí!, ¡sí quiero que salgamos!-gritó ella, eufórica.
-¿¿¡¡Cómo??!!-preguntó-no me esperaba esa respuesta...-
-Me has gustado de siempre pero...-paró un momento-no sabía cómo decírtelo.
Y un malentendido no hizo que dos personas se enamoraran, porque hay cosas, que, en serio:
I can say with words...
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